El blog del dentista del futuro.

En odontología, encontrarse con implantes desconocidos puede dificultar considerablemente su capacidad para prestar una atención adecuada. Cada año, muchos dentistas se enfrentan a implantes cuya marca y modelo no pueden identificar, debido a la desaparición de determinadas marcas, a cambios en las gamas de productos o a la simple falta de información disponible.

A diferencia de otras especialidades médicas, en las que las consultas suelen estar motivadas por síntomas agudos o dolor, la odontología se caracteriza por visitas periódicas -revisiones rutinarias- que no siempre están motivadas por urgencias perceptibles. Esto crea un reto único: comunicar la importancia del tratamiento preventivo o la atención a problemas que no son inmediatamente evidentes para el paciente.

El sector dental, como muchos otros ámbitos médicos, está experimentando actualmente una importante transformación normativa en Europa. Esto se debe principalmente a la introducción de los Reglamentos (UE) 2017/745 y 2017/746, cuyo objetivo es reforzar la seguridad y la trazabilidad de los productos sanitarios, incluidos los implantes dentales. Con la entrada en vigor de estos cambios normativos, se imponen nuevas obligaciones a los cirujanos dentistas en términos de documentación, trazabilidad y comunicación con los pacientes.

En odontología, un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento claro son, obviamente, pilares esenciales para garantizar una atención eficaz y tranquilizadora al paciente. La llegada de la tecnología, y en particular de la inteligencia artificial como [Allisone.ai](http://allisone.ai/), está transformando radicalmente la forma en que los dentistas pueden enfocar su tratamiento.

El informe radiológico, más allá de su obligación legal administrativa, es una herramienta vital en el diagnóstico y la planificación de los tratamientos odontológicos.

La computación en nube ha revolucionado la forma de almacenar nuestros datos. Desde hace unos quince años, nuestros recuerdos de vacaciones ya no se limitan a la vida útil de nuestro ordenador. La nube también se ha generalizado en el sector profesional, y cada vez son más las consultas médicas que pasan del almacenamiento local en la consulta a un modelo en la nube.

Conducir sin salpicadero no es imposible, pero complica la toma de decisiones. Lo mismo ocurre con la gestión de una clínica dental y, sin embargo, los dentistas, como muchos otros profesionales autónomos, nunca reciben formación en este ámbito durante sus estudios universitarios.