El consentimiento informado es ya un hecho en la práctica odontológica moderna. Pero, ¿cómo surgió este concepto y cómo podemos asegurarnos de que se respeta?
Lejos de ser una mera formalidad administrativa, constituye la base de una relación de confianza entre el profesional y el paciente. Al informar plenamente al paciente de las diferentes opciones de tratamiento, los riesgos que conlleva y los costes asociados, el cirujano dentista no sólo cumple con un marco legal, sino que también adopta una postura ética. En un entorno sanitario cada vez más regulado, la obligación de informar, reforzada por la ley de 4 de marzo de 2002, representa una palanca de transparencia destinada a capacitar a los pacientes y evitar malentendidos. Hoy en día, el consentimiento informado se ha convertido en una garantía de calidad asistencial y una protección tanto para el paciente como para el profesional.
El consentimiento informado: fundamentos y evolución en la relación médico-paciente
La evolución del consentimiento informado en la relación médico-paciente
La relación entre médico y paciente ha sufrido una profunda transformación en las últimas décadas. Anteriormente marcada por una forma de paternalismo médico, esta relación se basaba en una confianza ciega entre paciente y médico, con una mínima transmisión de información. El cirujano dentista, como persona con conocimientos y experiencia, asumía toda la responsabilidad de las decisiones médicas. Este enfoque ha dado paso a una dinámica más equilibrada, en la que el paciente, mejor informado y más implicado, desea participar activamente en sus decisiones terapéuticas.
Esta transformación de la relación entre paciente y profesional se ve reforzada por los avances tecnológicos y el acceso a la información a través de Internet. Los pacientes suelen acudir a la consulta con grandes expectativas, alimentadas por la investigación previa, y plantean preguntas más concretas sobre los tratamientos y sus alternativas. Por tanto, corresponde al profesional responder de forma precisa y didáctica, manteniendo al mismo tiempo un enfoque empático para evitar que la información se convierta en fuente de ansiedad o malentendidos. Es en este clima de transparencia donde se forja el contrato asistencial, creando un nuevo equilibrio en la relación asistencial.
Los fundamentos del consentimiento informado
El consentimiento informado se basa en dos pilares esenciales: la libertad del paciente de elegir o rechazar el tratamiento y la obligación del profesional de proporcionar toda la información necesaria para que el paciente tome una decisión informada. Este proceso refuerza la autonomía del paciente al tiempo que ofrece un marco jurídico protector al profesional. La relación de confianza se establece ahora no sólo sobre la base de la competencia percibida del profesional, sino también sobre la base de la transparencia y la comunicación en torno a los cuidados propuestos. El consentimiento informado no es sólo un acto administrativo, sino un proceso ético en el que el paciente se convierte en actor de su propia salud.
El consentimiento no es un acto fijo. Los pacientes conservan el derecho a retirar su consentimiento en cualquier momento, en función de los cambios en su estado de salud o de su evaluación personal de los riesgos. Esto significa que, incluso después de haber aceptado el tratamiento, los pacientes pueden revocar su decisión. Como profesional, es vital respetar este derecho y apoyar al paciente en su camino, recordándole las consecuencias de su elección. Se trata de un aspecto esencial de la relación de confianza que debe existir entre paciente y dentista.
Cambios en el marco legislativo del consentimiento informado en odontología
Evolución de la jurisprudencia y responsabilidad de los odontólogos
La sentencia Hédreul de 1997 marcó un momento clave en el desarrollo del consentimiento informado. Esta sentencia del Tribunal de Casación introdujo lo que se conoce como "inversión de la carga de la prueba". Antes de esta sentencia, correspondía al paciente demostrar que no había sido debidamente informado. Desde entonces, corresponde al profesional demostrar que el paciente fue informado correctamente. Esta evolución ha reforzado la necesidad de que los profesionales dejen constancia tangible de la información facilitada, como citas, hojas explicativas o intercambios escritos, en el expediente médico del paciente.
4 de marzo de 2002: un punto de inflexión para los derechos de los pacientes y la obligación de informar
Uno de los textos fundacionales en materia de derechos de los pacientes en Francia es la ley de 4 de marzo de 2002, también conocida como ley Kouchner. Esta ley marcó un punto de inflexión decisivo en la forma en que los profesionales de la salud, incluidos los dentistas, abordan su relación con los pacientes. Esta ley introdujo la obligación de informar plenamente a los pacientes antes de cualquier intervención médica u odontológica, y consagró este requisito en el Código de Salud Pública. En virtud de esta ley, no se puede llevar a cabo ningún tratamiento a menos que el paciente haya dado su consentimiento tras haber sido plenamente informado no sólo de los procedimientos médicos previstos, sino también de los riesgos potenciales, las alternativas terapéuticas y las posibles consecuencias de rechazar el tratamiento. El incumplimiento de esta obligación expone al profesional a acciones legales en caso de litigio.
Obligaciones legales del dentista en materia de información y consentimiento
¿Qué debe contener la información?
El artículo L.1111-2 del Código de Salud Pública francés establece que los facultativos están obligados a informar a los pacientes sobre su estado de salud y los cuidados previstos. El diagnóstico es la primera etapa del proceso. Permite al profesional establecer una base sólida de información explicando claramente el estado dental del paciente y las intervenciones necesarias. Una vez realizado el diagnóstico, el odontólogo debe explicar las distintas opciones de tratamiento, su utilidad y los resultados esperados. La información debe incluir también los riesgos inherentes a cada intervención, ya sean frecuentes o excepcionales, para respetar el derecho del paciente a una información completa.
Sin embargo, la información no se limita a la fase previa al tratamiento. El cirujano dentista también debe mantener informado al paciente a lo largo del tratamiento, sobre todo en caso de cambios en el plan inicial, aparición de nuevos riesgos o necesidad de repetir el procedimiento. Esto incluye también la obligación de facilitar información posterior al tratamiento si surgen nuevos riesgos o complicaciones. Estas diferentes etapas permiten a los pacientes mantener el consentimiento informado a lo largo de su tratamiento, reforzando la confianza mutua en la relación asistencial.
El dentista también debe comunicar el coste del tratamiento propuesto, detallando cada etapa del tratamiento en un presupuesto. Este presupuesto, firmado por ambas partes, forma parte integrante de la información y garantiza la transparencia financiera del tratamiento. Es esencial que el paciente comprenda también las posibles alternativas, tanto médicas como financieras. Allisone Nuestro software .ai facilita esta comunicación al ofrecer al paciente una imagen más clara de las opciones de tratamiento de que dispone. Si el paciente tiene otras opciones de tratamiento, el profesional debe presentárselas y detallar las ventajas e inconvenientes de cada una.
La importancia de una información completa y comprensible
Es esencial distinguir entre riesgos menores y mayores durante la fase de información. Los riesgos menores, como un ligero dolor postoperatorio o una molestia pasajera, no requieren tanta información como los riesgos mayores. En cambio, los riesgos graves, aunque sean excepcionales, deben explicarse detalladamente, de conformidad con el artículo L.1111-2 del Código de Salud Pública francés. Por ejemplo, durante una intervención quirúrgica que implique una extracción dental compleja, debe advertirse a los pacientes de posibles complicaciones, como infecciones o lesiones nerviosas.
La información debe adaptarse a la capacidad de comprensión del paciente. Esto significa comunicar de forma adaptada a la capacidad de discernimiento del paciente, teniendo en cuenta su edad, su nivel de educación y sus posibles temores. Allisone Corresponde al cirujano dentista utilizar términos sencillos, e incluso simulaciones visuales en nuestro software .ai, para asegurarse de que el paciente comprende perfectamente los pormenores del tratamiento. El uso de tecnologías como Allisone con sus tratamientos ilustrados y sus fichas explicativas, en particular, puede resultar útil, y siempre puede adaptarse a la situación particular del paciente.
Retos jurídicos y cuestiones para los profesionales
Sanciones por falta de información o consentimiento viciado
El incumplimiento del deber de información expone al cirujano dentista a sanciones civiles, penales y deontológicas. Desde la sentencia Hédreul del Tribunal de Casación en 1997, la carga de la prueba recae en el profesional, que debe demostrar que ha informado correctamente al paciente de los riesgos asociados al tratamiento. Esta jurisprudencia se vio reforzada por la ley de 4 de marzo de 2002 sobre los derechos de los pacientes, que consagró en el Código de Salud Pública la obligación del facultativo de demostrar que ha cumplido con su deber de información. ****
La falta de información puede ser invocada por el paciente para obtener una indemnización. El paciente que ha sido mal informado puede alegar que ha perdido la oportunidad de evitar las complicaciones surgidas, lo que se conoce como "pérdida de oportunidad". La jurisprudencia reciente, en particular la sentencia del Tribunal de Casación de 3 de junio de 2010, ha introducido el concepto de "perjuicio moral" en los casos de omisión de información. Este perjuicio resulta de la falta de preparación del paciente frente a un riesgo no mencionado, y puede ser indemnizado independientemente de los daños corporales.
En determinados casos, como los procedimientos estéticos o las intervenciones quirúrgicas complejas, la ausencia de consentimiento informado también puede hacer incurrir al profesional en responsabilidad penal. Pueden incoarse procedimientos penales cuando se ha dañado la integridad física del paciente como consecuencia de la falta de necesidad médica, lo que subraya la importancia vital de una información clara y detallada.
Por último, desde el punto de vista de la responsabilidad ética, el cirujano dentista debe velar por que este consentimiento se obtenga en las mejores condiciones posibles, asegurándose de que el paciente ha comprendido perfectamente las cuestiones, los riesgos y los beneficios del procedimiento propuesto. Según el Código Deontológico del Cirujano Dentista, cualquier omisión o inexactitud en la información facilitada al paciente puede dar lugar a una acción disciplinaria por parte del profesional, que puede ser objeto de sanciones por parte de la Orden.
Prueba del consentimiento
Ante la obligación de demostrar que han informado correctamente al paciente, los profesionales tienen varias formas de protegerse. La más común es basarse en un "conjunto de presunciones", es decir, la acumulación de pruebas que demuestren que la información se facilitó efectivamente. Entre esas pruebas figuran las anotaciones en el expediente médico, el presupuesto firmado por el paciente y los documentos de información normalizados expedidos antes del tratamiento.
La información facilitada no sólo debe ser oral, sino también constar por escrito en el expediente médico del paciente. El presupuesto detallado es la primera prueba de que se ha facilitado información sobre el coste y el contenido del tratamiento. Debe incluir una descripción precisa de los procedimientos que deben realizarse, el material utilizado, el tiempo necesario y el coste global del tratamiento. De conformidad con el artículo L.1111-3 del Código de Salud Pública francés, deben mencionarse claramente las prestaciones que no se reembolsan, así como las alternativas más baratas si existen.
Un documento escrito, como un formulario de consentimiento informado, es un método frecuentemente utilizado para formalizar esta información. Este formulario debe detallar los procedimientos previstos, los riesgos potenciales y las alternativas disponibles. Se recomienda para los tratamientos complejos o costosos, como los implantes, las extracciones quirúrgicas difíciles o la colocación de prótesis importantes. Este consentimiento escrito permite al profesional protegerse en caso de litigio, demostrando que el paciente ha sido informado y ha dado su acuerdo.
El seguimiento médico es también un elemento clave para garantizar la trazabilidad del proceso de información y consentimiento. Es esencial mantener al día los intercambios con el paciente, sobre todo cuando se introducen cambios en el plan de tratamiento. Allisone Es aconsejable registrar todas las etapas del proceso en la historia clínica, conservar pruebas de la comunicación (cartas, correos electrónicos) y utilizar herramientas multimedia para ilustrar las explicaciones dadas, como .ai.
El papel del consentimiento en la prevención de conflictos y litigios relacionados con la atención odontológica
El respeto del consentimiento informado es una de las mejores herramientas para prevenir conflictos. Mediante una comunicación clara y transparente, los dentistas establecen una relación de confianza con sus pacientes. Esta relación es a menudo el factor determinante en la resolución amistosa de litigios. Los litigios suelen surgir por la falta de comprensión del paciente sobre los procedimientos realizados o los resultados obtenidos en comparación con las expectativas.
Una buena comunicación sobre los riesgos y limitaciones de los procedimientos dentales permite a los pacientes tener expectativas realistas, reduciendo así la probabilidad de insatisfacción tras el tratamiento. Por tanto, el consentimiento informado, como proceso interactivo y dinámico, ayuda a apaciguar las tensiones antes de que se conviertan en disputas.
El consentimiento informado no es sólo un requisito legal; es un principio fundamental de la ética y la deontología médicas. Al informar claramente a los pacientes de los problemas, riesgos y alternativas de tratamiento de que disponen, los cirujanos dentistas pueden establecer una relación de confianza que es esencial para un tratamiento tranquilo y de alta calidad. Esto significa no sólo respetar los derechos de los pacientes, sino también protegerse contra los riesgos jurídicos asociados a la incomprensión o la falta de información.
Allisone.ai facilita el día a día de los profesionales, mejorando considerablemente la comunicación. Nuestro software le ayuda a recabar el consentimiento informado -que se ha convertido en algo esencial- y a respetar escrupulosamente el proceso de información, para evitar litigios ante una legislación cada vez más estricta.