Asistencia al diagnóstico, estudios bibliográficos, robotización de procedimientos quirúrgicos, gestión de tareas administrativas... Las herramientas y aplicaciones de inteligencia artificial se están desarrollando a gran velocidad y están destinadas a asumir un papel considerable en el sector médico. La capacidad de aprendizaje de las máquinas crece de forma exponencial, su potencial parece casi ilimitado... Y algunos de los más eminentes especialistas en la materia admiten de buen grado que es totalmente plausible un mundo en el que la inteligencia de los ordenadores supere a la del hombre. ¿Significa esto que debemos preocuparnos de que la IA sustituya a los dentistas? La pregunta merece ser formulada.
El mundo de la odontología tiene fama, con razón o sin ella, de ser bastante resistente al cambio. Sin embargo, en los últimos años, las aplicaciones relacionadas con la IA se han ido abriendo paso en las consultas y, de forma sutil pero no por ello menos palpable, están contribuyendo a revolucionar la profesión de odontólogo.
Herramientas que potencian la inteligencia y el rendimiento de los dentistas
Aunque Francia aún no está preparada para integrar a Yomi, el robot chino capaz de ajustar dos implantes en un paciente en sólo una hora, las herramientas, cada vez más eficaces, ya prestan muchos servicios a los profesionales más destacados.
Entre las aplicaciones más populares se encuentran los programas informáticos que permiten una lectura fina y fiable de una imagen digital en pocos segundos.
Una ayuda para el diagnóstico que no sólo simplifica la tarea del odontólogo, sino que le permiteir más allá en su análisis y afinar el plan de tratamiento propuesto a su paciente. La máquina apoya al profesional, se convierte en su mano derecha y aumenta su productividad. El resultado: tranquilidad y un importante ahorro de tiempo en cada consulta, que permite al profesional estar más disponible para hablar con su paciente, ávido de información y consejos.
La máquina nunca sustituirá la empatía humana
Y si la máquina, sea cual sea su función, está dotada de capacidades aparentemente ilimitadas y a priori infalibles, carece de una opción que sólo tienen los seres humanos: la empatía. Y como sabemos, la inteligencia emocional, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de comprender y entender a la otra persona, es indispensable para ofrecer una atención personalizada de calidad. Aunque los pacientes esperan que su dentista tenga auténticos conocimientos técnicos, también necesitan sentirse seguros y tranquilos. Quizá incluso más que cuando acuden a otro especialista de la salud: la esfera oral se considera especialmente íntima y la estomatofobia, aunque ha disminuido claramente en los últimos años, sigue siendo una realidad para muchos pacientes.
Las soluciones de IA, un paso adelante para los profesionales y los pacientes
Sin duda, la entrada gradual pero inevitable de las herramientas de IA en las consultas dentales cambiará la práctica dental en profundidad. La formación de los estudiantes de odontología debe adaptarse a estas nuevas prácticas y permitir que los odontólogos de hoy y de mañana adquieran las prácticas y los conocimientos fundamentales, especialmente en relación con las biotecnologías.
Pero lejos de tener que asustar y presionar por una robotización escandalosa y deletérea para una profesión y sus pacientes, la difusión de nuevas soluciones de IA debe considerarse como una garantía de progreso. Las herramientas que apoyan la práctica de los profesionales seguirán contribuyendo al progreso médico, a la mejora de la calidad de vida en el trabajo, pero también a la experiencia del paciente . Sin duda, esta última avanza gracias a las soluciones tecnológicas, pero no podría existir sin un humano que vigile...