¿El desarrollo de programas y dispositivos basados en la inteligencia artificial (IA) supondrá la muerte de la profesión de auxiliar de odontología? Si las máquinas parecen tener un potencial ilimitado para la realización autónoma de tareas específicas, ¿son capaces de sustituir a quienes acompañan a los dentistas y a sus pacientes a diario? He aquí algunas respuestas.
El potencial de la IA en la odontología parece no tener límites
Imagen digital, impresión de prótesis en 3D, algoritmos genéticos para el pronóstico en ortodoncia, análisis de imágenes para el diagnóstico en odontología...
El potencial de las aplicaciones desarrolladas a partir de la inteligencia artificial parece casi ilimitado y, con el tiempo, gran parte del trabajo de los dentistas lo realizará sin duda la máquina.
Cinco años después de la presentación de Yomi, el robot chino capaz de ajustar dos implantes en un paciente en sólo una hora sin temblar, aún estamos lejos de ver a los dentistas sustituidos por máquinas ágiles y casi autónomas.
Pero está claro que estamos entrando en una era en la que la inteligencia artificial desempeñará un papel cada vez más importante en el día a día de los profesionales sanitarios.
La IA puede encargarse de multitud de tareas
La máquina se convierte en la mano derecha del profesional, potenciando su inteligencia y aumentando su productividad. Desde la concertación de citas hasta la gestión de pedidos de pequeños equipos y el enlace con los protésicos dentales, un gran número de tareas que son responsabilidad de los asistentes dentales podrían, en teoría, ser asumidas también por los sistemas automatizados.
En estas condiciones, ¿el dentista seguirá necesitando asistencia física (y humana) en su consulta? La pregunta es legítima y la respuesta, al final, obvia: ¡sí!
Porque si teóricamente la IA parece tener un potencial ilimitado en términos de análisis de datos y gestos técnicos, hay una cualidad de la que no estará dotada tan pronto: la empatía. Esta capacidad de escuchar, de tranquilizar, de aconsejar, está reservada, durante algún tiempo, a los humanos... ¡y los humanos están muy necesitados de ella!
En efecto, si los pacientes necesitan tener delante a un experto técnico para entender y aceptar su tratamiento, también necesitan ser acogidos y tranquilizados para sentirse seguros. Esto ocurre sobre todo cuando consultan al dentista: la esfera oral se considera especialmente íntima y, como sabemos, la estomatofobia, aunque está disminuyendo, sigue siendo una realidad para una gran parte de la población.
El asistente dental, un eslabón humano esencial en la consulta
Además de la gestión administrativa y las tareas técnicas como el mantenimiento de la sala de tratamiento y su equipamiento, los pedidos y la coordinación con los colaboradores del dentista, la misión del asistente dental es guiar, tranquilizar y aconsejar al paciente.
El auxiliar de odontología contribuye activamente a la educación en materia de higiene bucodental al estar presente y acompañar al paciente durante el proceso de tratamiento. Aunque la experiencia del paciente se basa, por supuesto, en la capacidad médica y humana del odontólogo, el auxiliar desempeña un papel fundamental en el buen funcionamiento de una consulta dental.
Parece muy improbable que una acumulación de programas informáticos o un robot puedan sustituir nunca la ultrapolivalencia de este empleado. Sin embargo, la inteligencia artificial puede ayudarle en su práctica diaria. ¿Ha oído hablar de Allisone¿Inteligencia artificial para el dentista del mañana? Haga clic aquí para obtener más información.