¿Cómo puede la IA mejorar la práctica dental?

Publicado el
12/3/2024

¿Qué es la inteligencia artificial?

La Inteligencia Artificial (IA) quizás sea definida mejor por uno de sus fundadores, Marvin Lee Minsky

"Es la construcción de programas informáticos que realizan tareas que, por el momento, son más satisfactorias para los humanos porque requieren procesos mentales de alto nivel como el aprendizaje perceptivo, la organización de la memoria y el razonamiento crítico.


En la base de la IA están los algoritmos de decisión o de apoyo a la decisión que se alimentan de la recopilación masiva de datos, el big data.

En la práctica, y en particular en la medicina, no se trata de sustituir al hombre por la máquina. La IA está ahí para apoyar la práctica médica con el fin de hacerla más eficiente y más accesible. La clave es mejorar la atención al paciente y hacerla más cómoda para los profesionales.

Aplicaciones de la IA en el ámbito dental

La IA en la medicina en general y en la odontología en particular se está desarrollando con especial rapidez en China y Estados Unidos, pero algunas soluciones ya son operativas en Francia.

Una de las aplicaciones más comunes hoy en día es el uso de cámaras digitales para tomar impresiones dentales, que son mucho más precisas que la toma de impresiones tradicional.

La IA en el apoyo al diagnóstico

La inteligencia artificial también está demostrando ser especialmente eficaz en la ayuda al diagnóstico: los programas permiten analizar e interpretar exámenes complementarios, como las radiografías, de forma especialmente fina y rápida. Mientras que la interpretación de imágenes requiere una gran experiencia humana, la IA compara y evalúa millones de imágenes en cuestión de momentos. Un experimento realizado por uno de los expertos en IA, Jaroslav Blaha, demostró que un grupo de dentistas sólo detectó el 50% de los casos de caries dental detectados por la IA en las radiografías.

 

La IA también resulta prometedora para identificar el riesgo de desarrollar cánceres orales, incluso en una fase temprana. Las lesiones orales adoptan muchas formas, lo que hace que su diagnóstico sea a menudo difícil para los clínicos. Sin embargo, se sabe que un retraso en el diagnóstico puede ser especialmente grave cuando estas lesiones son susceptibles de convertirse en cáncer. Un estudio clínico sobre esta aplicación debería comenzar a finales de 2021 en el Departamento de Odontología de los Hospices Civils de Lyon y durar dos años.

 

La IA ya puede utilizarse para clasificar eficazmente a los pacientes como pacientes con periodontitis crónica o agresiva, basándose en su perfil inmunitario anterior y actual. La clave es racionalizar los tratamientos a partir de un diagnóstico más preciso en el que puedan confiar los profesionales.

También en ortodoncia, la IA se muestra especialmente prometedora: los algoritmos genéticos que se están desarrollando podrán, por ejemplo, predecir pronto el tamaño de los dientes no erectos, mejorando el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento. Las exploraciones en 3D combinadas con la IA ya son muy útiles para evaluar las anomalías dentales y craneofaciales. Además de personalizar el enfoque del tratamiento, esta tecnología permite la especificación de dispositivos como los alineadores.

IA para simplificar la gestión de emergencias y del tiempo

La IA ya está ayudando a los médicos a controlar la salud bucodental. El despliegue de soluciones de teleconsulta y autodiagnóstico asistidas por IA se ha acelerado con la pandemia de Covid-19: con un simple smartphone, un paciente puede fotografiar su esfera bucal. Las imágenes son escaneadas por una aplicación que es capaz de identificar posibles problemas dentales y enfermedades de las encías. Para el paciente, la herramienta es tanto un incentivo para ser consciente de su condición como una ayuda para controlar mejor su salud oral. Para el odontólogo que recibe estos análisis, la aplicación facilita la clasificación y gestión de las urgencias.

En general, la IA es una herramienta valiosa para mejorar la gestión del tiempo. Con el apoyo de sus capacidades de interpretación de datos precisos, el profesional puede centrarse más en la interacción con el paciente, el desarrollo del tratamiento y el seguimiento. La relación entre el paciente y el dentista y, en consecuencia, el cumplimiento de las normas mejora significativamente. Los rendimientos están aumentando. A largo plazo, la IA reduce los costes y los retrasos de la atención odontológica, que se hace así accesible a un mayor número de personas.


Los retos de la inteligencia artificial en odontología

Aunque el desarrollo de aplicaciones basadas en la IA es especialmente prometedor en la odontología, aún debe superar varios obstáculos para su plena implantación.

El primero de ellos es la disponibilidad de datos, que sigue siendo limitada. Debido a cuestiones de protección de datos, por un lado, y a barreras organizativas, por otro, los datos médicos y odontológicos no están tan disponibles como otros datos. Además, la información relacionada con cada paciente es compleja, multidimensional y sensible. Y las opciones para triangularla o validarla siguen siendo limitadas.

Otro obstáculo para esta recogida de datos es el muestreo, que conlleva un sesgo de selección: los datos del hospital se refieren a pacientes que están "demasiado enfermos". Las recogidas por teléfono están vinculadas a pacientes "demasiado sanos" o "demasiado acom odados" para ser considerados representativos de la población general.


Regulación de los riesgos éticos del uso de la IA

También hay que resolver cuestiones prácticas en torno al valor y la utilidad de estas soluciones de inteligencia artificial, pero también cuestiones de responsabilidad. El problema no es tanto la tecnología en sí como la forma en que se regulan, o no, los riesgos éticos asociados. Para superar este obstáculo, hay que ampliar la información que se proporciona al paciente: el profesional tendrá que decirle cuándo su propuesta de tratamiento se basa en una recomendación de la inteligencia artificial.

Crear un tándem entre el hombre y la máquina

Otra clave para el desarrollo de la IA en el campo de la odontología es el establecimiento de una innovadora coordinación interprofesional entre clínicos, investigadores e ingenieros. Si el programador debe diseñar un modelo al servicio de la cognición humana (y no su sustituto), corresponde al profesional decidir el tándem que desea formar con las nuevas tecnologías para mejorar su práctica.

 

La introducción de soluciones clínicas de IA debe apoyarse también en la formación de los estudiantes en las facultades y de los profesionales a lo largo de su carrera. La consulta del futuro debe estar equipada con ordenadores de alta gama, capaces de manejar la colosal potencia de cálculo para utilizar la IA de forma eficiente. Hoy en día se están creando nuevas profesiones: los protésicos digitales o los manipuladores de radiología son capaces de ayudar en la gestión de los datos digitales y deben convertirse en socios de los profesionales.

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La Inteligencia Artificial (IA) quizás sea definida mejor por uno de sus fundadores, Marvin Lee Minsky

"Es la construcción de programas informáticos que realizan tareas que, por el momento, son más satisfactorias para los humanos porque requieren procesos mentales de alto nivel como el aprendizaje perceptivo, la organización de la memoria y el razonamiento crítico.


En la base de la IA están los algoritmos de decisión o de apoyo a la decisión que se alimentan de la recopilación masiva de datos, el big data.

En la práctica, y en particular en la medicina, no se trata de sustituir al hombre por la máquina. La IA está ahí para apoyar la práctica médica con el fin de hacerla más eficiente y más accesible. La clave es mejorar la atención al paciente y hacerla más cómoda para los profesionales.

Aplicaciones de la IA en el ámbito dental

La IA en la medicina en general y en la odontología en particular se está desarrollando con especial rapidez en China y Estados Unidos, pero algunas soluciones ya son operativas en Francia.

Una de las aplicaciones más comunes hoy en día es el uso de cámaras digitales para tomar impresiones dentales, que son mucho más precisas que la toma de impresiones tradicional.

La IA en el apoyo al diagnóstico

La inteligencia artificial también está demostrando ser especialmente eficaz en la ayuda al diagnóstico: los programas permiten analizar e interpretar exámenes complementarios, como las radiografías, de forma especialmente fina y rápida. Mientras que la interpretación de imágenes requiere una gran experiencia humana, la IA compara y evalúa millones de imágenes en cuestión de momentos. Un experimento realizado por uno de los expertos en IA, Jaroslav Blaha, demostró que un grupo de dentistas sólo detectó el 50% de los casos de caries dental detectados por la IA en las radiografías.

 

La IA también resulta prometedora para identificar el riesgo de desarrollar cánceres orales, incluso en una fase temprana. Las lesiones orales adoptan muchas formas, lo que hace que su diagnóstico sea a menudo difícil para los clínicos. Sin embargo, se sabe que un retraso en el diagnóstico puede ser especialmente grave cuando estas lesiones son susceptibles de convertirse en cáncer. Un estudio clínico sobre esta aplicación debería comenzar a finales de 2021 en el Departamento de Odontología de los Hospices Civils de Lyon y durar dos años.

 

La IA ya puede utilizarse para clasificar eficazmente a los pacientes como pacientes con periodontitis crónica o agresiva, basándose en su perfil inmunitario anterior y actual. La clave es racionalizar los tratamientos a partir de un diagnóstico más preciso en el que puedan confiar los profesionales.

También en ortodoncia, la IA se muestra especialmente prometedora: los algoritmos genéticos que se están desarrollando podrán, por ejemplo, predecir pronto el tamaño de los dientes no erectos, mejorando el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento. Las exploraciones en 3D combinadas con la IA ya son muy útiles para evaluar las anomalías dentales y craneofaciales. Además de personalizar el enfoque del tratamiento, esta tecnología permite la especificación de dispositivos como los alineadores.

IA para simplificar la gestión de emergencias y del tiempo

La IA ya está ayudando a los médicos a controlar la salud bucodental. El despliegue de soluciones de teleconsulta y autodiagnóstico asistidas por IA se ha acelerado con la pandemia de Covid-19: con un simple smartphone, un paciente puede fotografiar su esfera bucal. Las imágenes son escaneadas por una aplicación que es capaz de identificar posibles problemas dentales y enfermedades de las encías. Para el paciente, la herramienta es tanto un incentivo para ser consciente de su condición como una ayuda para controlar mejor su salud oral. Para el odontólogo que recibe estos análisis, la aplicación facilita la clasificación y gestión de las urgencias.

En general, la IA es una herramienta valiosa para mejorar la gestión del tiempo. Con el apoyo de sus capacidades de interpretación de datos precisos, el profesional puede centrarse más en la interacción con el paciente, el desarrollo del tratamiento y el seguimiento. La relación entre el paciente y el dentista y, en consecuencia, el cumplimiento de las normas mejora significativamente. Los rendimientos están aumentando. A largo plazo, la IA reduce los costes y los retrasos de la atención odontológica, que se hace así accesible a un mayor número de personas.


Los retos de la inteligencia artificial en odontología

Aunque el desarrollo de aplicaciones basadas en la IA es especialmente prometedor en la odontología, aún debe superar varios obstáculos para su plena implantación.

El primero de ellos es la disponibilidad de datos, que sigue siendo limitada. Debido a cuestiones de protección de datos, por un lado, y a barreras organizativas, por otro, los datos médicos y odontológicos no están tan disponibles como otros datos. Además, la información relacionada con cada paciente es compleja, multidimensional y sensible. Y las opciones para triangularla o validarla siguen siendo limitadas.

Otro obstáculo para esta recogida de datos es el muestreo, que conlleva un sesgo de selección: los datos del hospital se refieren a pacientes que están "demasiado enfermos". Las recogidas por teléfono están vinculadas a pacientes "demasiado sanos" o "demasiado acom odados" para ser considerados representativos de la población general.


Regulación de los riesgos éticos del uso de la IA

También hay que resolver cuestiones prácticas en torno al valor y la utilidad de estas soluciones de inteligencia artificial, pero también cuestiones de responsabilidad. El problema no es tanto la tecnología en sí como la forma en que se regulan, o no, los riesgos éticos asociados. Para superar este obstáculo, hay que ampliar la información que se proporciona al paciente: el profesional tendrá que decirle cuándo su propuesta de tratamiento se basa en una recomendación de la inteligencia artificial.

Crear un tándem entre el hombre y la máquina

Otra clave para el desarrollo de la IA en el campo de la odontología es el establecimiento de una innovadora coordinación interprofesional entre clínicos, investigadores e ingenieros. Si el programador debe diseñar un modelo al servicio de la cognición humana (y no su sustituto), corresponde al profesional decidir el tándem que desea formar con las nuevas tecnologías para mejorar su práctica.

 

La introducción de soluciones clínicas de IA debe apoyarse también en la formación de los estudiantes en las facultades y de los profesionales a lo largo de su carrera. La consulta del futuro debe estar equipada con ordenadores de alta gama, capaces de manejar la colosal potencia de cálculo para utilizar la IA de forma eficiente. Hoy en día se están creando nuevas profesiones: los protésicos digitales o los manipuladores de radiología son capaces de ayudar en la gestión de los datos digitales y deben convertirse en socios de los profesionales.

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